martes, 15 de marzo de 2016

Uno y uno, son uno sólo

Las hojas siguen cayendo sobre mi cabeza,
El dulce calor de tu aliento empaña mis metas,
Echo de menos mis labios sobre tu piel tersa,
Aquellas sonrisas ingenuas de luz argéntea.

Mis torpes dedos bailan un largo vals a solas,
Recuerdan aquellas noches que siempre eran cortas,
Dos mentes haciendo el amor, discuten las bocas
A susurros y a gritos, sobre besos que ahogan.

Risas nacen en los ojos, mueren en los labios,
Las lágrimas fluyen por los pómulos rosados,
Dos miradas que no temen amar demasiado,
Dos corazones unidos por un único hálito.

Duermen felices envueltos en sueños y abrazos,
Idiotas que sólo saben andar de la mano,
Juegan a entrelazar a oscuras sus pies descalzos,
Vuelan alto, mientras se pierden entre los astros.

El tiempo no corre en el reloj cuando están juntos,
Su cuarto es el lugar donde se resume el mundo,
Dónde sólo caben dos y no hay tumultos,
Dónde cada momento es único, y dos son uno.

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