Zafio, de corbata pone la soga,
Amenaza con un nudo en la garganta,
Tropiezo, y doy un traspié con las palabras.
Palabras pintan los mejores cuadros,
Plasman mejor que el pincel de Picasso
Ideas, experiencias y emociones,
Tapices tristes llenos de jirones.
En la cuna de todos los deseos,
Arden indómitas entre sus llamas,
Forjadas con el calor de nuestra alma.
Crecen furiosas con cada latido,
Se aferran a la frágil vertical,
Como canto gutural de chamán.
Vigilante en su sillón, quieta y seria,
Con gritos irrumpe el alma encendida
Y salvaje, con la justicia herida.
Calma para este océano colérico,
Razón para la pasión infantil,
Pólvora mojada para el fusil.
En la lengua ya despliegan sus alas,
Bailan un vals con el aire caliente
Y les silban un adiós a los dientes.
Y fluyen por tu oído como el agua,
Para contarte con suaves susurros,
Todo aquello que persigo en el mundo.
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