Que las palabras se las lleva el
viento,
Los sentimientos se los lleva el
tiempo,
Y que los versos se los lleva el
fuego,
Y que el frío se lo llevan los
besos.
Todo tiene un sino que puede ser,
O debe, o tiene, o un “quisiera
que”,
También un ojalá, quizás, tal
vez,
Un te pienso, un te quiero, un te
olvidé.
Senderos llenos de cortantes
piedras,
Paredes estrechas, que cercan,
cierran,
Que lapidan nuestros sueños y
anhelos,
Tierra sobre el fuego de los
deseos.
De ilusión viven las ilusas
mentes,
Mientras se pierden en un para
siempre,
Más mirar lo que pisan nuestros
pies
Y menos lo que aún está por ver.
Hay que vivir el ayer del mañana,
Ir a soñar despierto con la almohada,
Y más viajar de la mano de Orfeo,
Que el mundo seguirá girando,
ajeno.
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