jueves, 26 de mayo de 2016

Por am(arte)

Mis sueños se limitan
A escribir alguna línea,
Que humedezca los ojos
Y enjute el alma,
Que descanse sobre los hombros
Y pinte miradas de nácar.

Me declaro a la escritura,
A unos versos de Neruda,
Al arte de crear imágenes
Que valgan mil palabras,
Con los gráciles bailes
Del grafito sobre la página.

Porque no sé dibujar,
Me salgo de los bordes,
Mi imaginación hierve,
Pero mis manos siempre torpes.

Dedos de músico para un mudo,
Que ama los silencios desmedidos,
El tempo taquicárdico, impreciso.
Un niño aporreando un teclado,
Desafiando al pentagrama,
A sus ordenadas manchas
De azabache,
Llenando de delirios sus espacios,
Perfectos y anticuados.

No soy músico,
No soy pintor, ni escritor,
Sólo soy amante
Del susurrar de las notas,
De los vástagos del pincel,
Del verso y de la prosa.

Quiero narrar el mundo,
Quiero describir
Cómo suena un susurro,
Por qué la lluvia no siempre molesta,
Por qué no todos los labios se encuentran,
Cómo nos aferramos a un amor que naufraga,
Cómo nos gusta ser nuestra propia ancla,
Por qué nos da pereza irnos y prisa llegar,
Por qué escribimos si no hay nada que contar.

Pero tengo mala letra,
Tacho demasiado,
Tropiezo con la métrica
Y dudo hasta en las comas.

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