lunes, 23 de marzo de 2020

Bajo para arriba

Obediencia ciega,
A un lado quedó la decencia,
Paciencia es la madre de la histeria,
De qué sirve la fe si no sabes de la ciencia,
La ignorancia enseguida se queda rancia,
Sorda la conciencia,
Que me abrace la inercia,
El sufrir una tendencia
Llena de sinuosas sendas,
Siempre doy con las cadenas,
Eslabones guardo en los cajones
Por si me voy de los renglones
Y puedo atarme a una palabra
Que mantenga a flote
El ascua de la mañana,
Para que sea algo más fácil salir de la cama,
Y las plantas de mis pies suenen menos cansadas,
Y mis ojos sean menos tímidos y vayan a la playa
A mojarse las puntas de mis pestañas,
Y se sequen con el tiempo y con la calma,
Una fisura no necesita censura,
Si no un abrazo que la zurza.

Y por ahora, no sé de costura,
Todavía la oscuridad me asusta,
Aunque duermo con la luna pagada,
Anuncios de coraje por palabras,
Voló el telón, cayó la farsa,
Se calló la comparsa.

La luz baña de lunares la estancia,
Vidrieras en las celdas de las persianas,
El humo se desliza entre los haces,
Y ya no se oye el zumbido de cristales.

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