miércoles, 27 de abril de 2016

La última mujer

Haces de luz juguetean con motas de polvo,
Nieve marchita brilla como cristales rotos,
Espirales de humo mientras agoniza el día,
Consumiendo las dudas, el silencio, la vida.

El sol llora y muere entre destellos de luz roja,
Y con él se lleva los suspiros de las bocas
Que sueñan con aquellos besos sabor a mar,
Que se posaban en los labios al despertar.

Los sauces bailan al ritmo de un cuatro por cuatro,
Me susurran sus lágrimas los más bellos cantos
Mecidas por el aleteo de tus pestañas,
Senderos que ahora manchan sólo un par de pisadas.

Piedras en los bolsillos al mirar tus recuerdos,
Grilletes en los labios antes llenos de besos,
Cadenas oxidadas aprisionan mis alas
Y se escucha el pesado suspirar de la Parca.

Esparto a la garganta arde como tus caricias,
Dedos como hierro candente muerden mis mejillas,
Aliento gélido se posa lento en mi nuca,
Se aleja sobre las olas, mi alma ya desnuda.

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