Hojas
escritas y arrugadas sobre la mesa,
Coronas
finas del grafito que empuño
Que
cercan por doquier la papelera,
Mientras
creo versos, sueños, mundos.
Lapiceros
bailan gráciles sobre el folio,
Dejando
un rastro de negra sombra,
Encerrando
amor, dolor, odio,
Palabras
que no se atreven a decir las bocas.
Tristes
y bellos versos,
Bañados
en lágrimas secas,
Olvidados
y vacíos “te quiero”,
Besos
que ahora queman.
Tanto
confesado a un folio en blanco,
Tanto
dolor que me hizo esclavo,
Esclavo
de mis emociones y lamentos,
Esclavo
de tus besos y estos versos.
Barato
consuelo sin receta,
Bello
despertar del alma dormida,
Sentarse
a soñar sobre una mesa
Sobre
la que cae un alud de rimas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario