sábado, 13 de julio de 2019

Noche

Rompieron los errores
A los corazones nobles,
Encuentro en todas partes
El estallar de los cristales,
Pensaba que con no mirarlos
Todo estaría siempre a salvo,
Y cuando supe que me podía equivocar
La luz del faro dejó de ser hogar,
Más cálidas parecen ahora las sombras,
Ojos que no ven, pecho que no late,
Ocupa lugar y pesa el plomo del saber,
Donde el Sol no calienta, nada nunca arde,
Sólo una brisa tímida,
Una corriente por debajo de la puerta,
Una media sonrisa
Tierna y sencilla,
Que regala la noche fría y densa,
La Luna a media asta,
Las estrellas blancas
Como las sábanas nuevas,
Y bailan en el sitio,
Un vaivén sencillo,
De sus pasos chiquititos,
Brota un destello tibio,
Y los ojos abiertos
Sueñan que están dormidos,
Y se cierra el telón
Del techo infinito,
Los ojos encuentran la calma
Con la persiana baja,
Dejan de mirar un rato
Para ver más allá del claro,
Dónde las copas de los castaños
Se funden en un abrazo,
Y alargan los brazos
Para sentir la brisa triste
De la noche y sus violines.
El reloj se toma un momento,
Traga saliva, y reanuda el paso, lento,
Y su tic tac inunda el cielo.


Pero que fácil se rasga la noche
Cuando el Sol hace entrada,
Una grieta estropea la bóveda tan bien cuidada,
La Luna se ha quedado a solas
Con sus propias dudas,
Los garabatos y sus arrugadas hojas,
Chirría una vacía cuna,
La luz rompió la magia,
Se doblaron las agujas, Y dejó de sonar el arpa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario