Se quedaron los recuerdos
Colgando del balcón,
Allí duermen quedos,
Exánimes sus cuerpos de carbón,
No les hizo brillar la presión,
Sólo hundió sus hombros
El plomo,
Sintieron el fogonazo y calor,
Pero no vieron sus ojos
Los diamantes ,
Sólo sombras de gigantes,
Ni un abrazo para el viaje,
Ni un beso que llevarse
A la boca del estómago,
Los párpados oxidados
Y el sueño hace amagos,
Áridos y catárticos
Los párrafos,
Como el llanto de los pájaros
Cuando caen las hojas vestidas de dorado,
Jamás pensaron las sonrisas
En los vientos aciagos,
Anegaron los pechos
Y cesó el canto,
Pero llegó el silencio,
Mágico,
El rumor del preso,
Trágico,
Sólo esperan las cadenas
Hundirse en sus huellas,
Acurrucarse en la arena
Y que les lleven de la mano las mareas.