domingo, 12 de marzo de 2017

Despertar

Cada día que pasa me pesa un poco más,
Cuesta abajo, sin frenos, no veo el final,
No veo luz al fondo de este túnel
Ni tantos amigos que siempre huyen.

Minuto que vivo
Minuto que maldigo,
Ya me cansé de poner buena cara
Y agachar la cabeza y decir “no pasa nada”.

Auras corruptas farfullan
Detrás de mi oreja,
Luego miradas se cruzan,
Sonrisas huecas,
Y de nuevo a la brecha.
Ignoran la sangre ajena
Si no pertenece a su lucha.

Mentiras que crecen contigo,
Que te acompañan como un abrigo,
Tejen su tela con hilos teñidos
Con cuentos idílicos,
Infinitos,
Eternos, huecos, vacíos.

Hace un par de otoños maté a Eros,
Sus restos descansan en el cenicero,
Y el poco amor que guardo
Lo incinero cigarro a cigarro
En el fondo de mi pecho.

Las canciones de amor
Se las dejo al ignorante,
Suficiente ponzoña en mi sangre,
Que poco a poco se filtra
Al folio y empapa de odio
Mi vista cansada
De tanto pecar de ignorante.

Ni existe el karma
Ni la ley de la balanza
Ni destinos ni sinos
Ni entes divinos.
Hace tiempo dejé de rezarle al aire,
Gastando saliva gritándole a nadie,
Me guardo la fe para mis propios ángeles,
Mi hermana y mis padres,
Amor y suerte en estos parajes.

Bailes de máscaras como siempre,
Busco un oído dispuesto a escuchar,
Pero de todos cuelga el cartel de “Se vende”,
Así que perdón por molestar,
Permitidme que me ausente,
Pero la muerte me está esperando en el sofá.