Esa
gota que pende de un hilo,
Mecida
por los brazos del viento,
Allí
arriba donde sólo hay frío,
Esperando
a besar el suelo.
O
quizás a colmar el vaso,
La
paciencia de algún santo,
A
mojar a alguien con prisa,
A
ser esa lágrima que termina en tu sonrisa.
O
quizás a provocar alguna riada
Que
arrastre los recuerdos,
Los
sentimientos, los lamentos,
Y
sólo deje escombros, huesos.