martes, 19 de julio de 2016

Matando la vida

Qué es si no la vida
Que una serie de casualidades
Sin última página escrita,
Un sino voluble y borroso
Como lágrimas y tinta.


Tiene su flor
Millones de pétalos,
Para arrancar y hacer volar
Con el calor
De los suspiros
Prófugos de los labios.


Ignorante en cada gesto
De rasgarle el vestido
A la bandera
Roja y negra
Como la sangre
Y el odio que
Dentro late
Y ruge y muerde;
Bandera para los muertos
De la purulenta tierra,
Que entierra los sueños
Con sal y piedra.


Alientos bailan con la bruma
Y su canción de cuna,
Duermen la razón
Y el juicio,
Muerden los deseos
Con ahínco
El corazón.


Los sastres de utopías
Tejen con iluso hilo
Sus vidas,
Cosen sus caminos
A la imagen vívida
De sus anhelos,
Y mueren con el alba
Y su manto de luz y día,
Cuando el cuadro se rasga,
Y sangra el óleo lágrimas,
Con el dolor de la mentira.

viernes, 15 de julio de 2016

Quema

Escucho gemidos,
Arañazos en la puerta,
Azul pinta los destinos,
Las paredes de mi cabeza,
Que pesa más que piensa
Pues pasa de perseguir
Profecías huecas.


Dejo pasar otro tren,
Que no tengo prisa,
Ni besos para el viaje
Ni papel,
Para hacer correr
Al tiempo
Y su paso lento,
Y se desangra la paciencia
A la luz de una hoguera
Donde sólo cabe el frío
Y el eco de un suspiro,
Malo y viejo conocido.


No se puede
Cerrarle la puerta
Al recuerdo,
Asalta como la duda,
Se aferra al cuello,
Y no suelta, jamás,
Sólo afloja un poco,
Un momento para respirar,
Para pensar que quizás
Ha muerto y habrá paz,
Pero no hay peor mentira
Que las que uno hila,
Arden como el papel
Con lagrimas escritas
Con sangre y gasolina,
Y con la más mínima débil chispa,
El tapiz muere,
La verdad amanece,
Y ahí está la hoguera,
Que no calienta,
Cala la sangre el frío,
Y sólo hay vacío,
Frío,
Que ya ni vivo
Ni me dejan morir.

jueves, 7 de julio de 2016

No es tan fácil escribir

Escribo, escribo.
Tacho.
Dudo. Escribo.
Tacho.
Así empiezo cada verso
Que encierra tu nombre.
Quizás no lo escupo al cielo,
Quizás no lo grito,
Pero está.
Como una brisa,
Que tímida
Y con una sonrisa pícara,
Se cuela en mi mente.
Con su voz tenue,
Pero ardiente,
Me promete
El pecado del beso largo,
Y se desvanece
La mentira
Con el jarro de agua fría
Del adiós.


No culpo a tus ojos,
Azules como una noche a solas
A la luz de un cigarro,
Ni a tus labios,
Con sus mentiras cojas.


No puedes decirle al aire
Que se quede,
Ni al tiempo
Que se pare,
Ni al idiota
Que no ame.


La culpa es del poeta,
Que quiso llevarle la contraria a la marea,
Que quiso ver el Sol un día de tormenta,
Quiso tocar la Luna y no tenía alas,
Quiso amar, sin derramar lágrimas.

sábado, 2 de julio de 2016

Rezando al folio

Una noche más,
Me arrodillo ante el folio,
Y al cielo pido,
Entre rimas y soliloquios,
No volver a pensar en tus ojos.


Finjo ser un cínico,
Escéptico, lunático,
Romántico sin oficio,
Que malhabla
Y mal ama,
Que se despierta con el alba
Y sus mejillas rojas,
Que cose a la luz de un cigarro
Su alma rota.


Con ademán perezoso
Intento apartarte de mi lapicero,
Y acabo hundiendo mis dedos
En los reflejos de tu pelo.


Azules son mis sueños
A la luz de tus luceros,
Azules como los lamentos
De los ojos inexpertos,
Que a mirarte se atrevieron.


Cada noche repito en silencio
El mismo soneto,
Se lo susurro a la almohada,
Se lo escupo a las sábanas,
Quiero bajar los párpados
Y no ver,
Pero una noche más,
Me arrodillo ante el folio,
Y vuelvo a aquel mar
A tirar poemas,
Donde nadan los deseos.

viernes, 1 de julio de 2016

Hastío

Miradas que traspasan almas
Ávidas de palabras cándidas
Que susurren sus nombres
En noches donde sobren las sábanas,
Y rieguen la noche los sudores
De amar con la persiana bajada,
Sin sueño en las pestañas.


Quieren encontrar una mano de su talla,
Entrelazar sus dedos y deslumbrar al alba
Con el brillo de sus besos húmedos,
De esos que jamás sacian.

La noche más fría
Es la solitaria,
El amor más querido,
El que falta,
La cama más grande,
La vacía.

Desborda el cenicero,
Ya no me escucha ni el silencio,
Ni el humo del cigarro
Calienta ya el pecho,
Un cajón hueco,
Donde el polvo se acumula
A la sombra de un recuerdo.

Hasta el eco se ha cansado de mis quejas,
Hartas de mis deseos las estrellas,
Se desangró la pluma en los tachones,
Para acallar el dolor de los renglones,
Tan llenos de ceniza,
De sueño,
De ansia de nuevas curvas,
A las que dedicar “te quieros”.